
En la pasada campaña Plácido Polanco encabezó las ligas mayores como el bateador más difícil de ponchar con una frecuencia de un ponche por cada 19.6 turnos al bate. En el 2006 tuvo 17.1 y fue la mejor de la liga Americana, aunque no agotó las apariciones al pentágono requeridas para oficializar esa superioridad. Oficialmente el departamento lo encabezó Kenji Johjima con un ponche por cada 11.0 turnos. Bateador de swing libre, Polanco hace mucho contacto y eso es un valor agregado a su capacidad como jugador.
Ese liderato lo convierte en el cuarto dominicano que lo obtiene. El primero fue Mateo Alou en 1970 con los Piratas cuando tuvo una frecuencia de 37.6, luego Félix Fermín en 1993 lo imitó encabezando asimismo ambas ligas con una periodicidad de 34.3 y en el 2003 Deivi Cruz con los Orioles se ponchó 49 veces en 548 veces al bate para ritmo de uno cada 11.2 turnos.
La marca de los todos los tiempos pertenece a Joe Sewell desde1932 cuando solo abanicó tres veces en 503 viajes oficiales al home para frecuencia de 167.7. Ese fue el penúltimo año de su carrera de catorce en las ligas mayores y de esa manera dejó una marca que tiene la etiqueta de irrompible.
Con esas cifras superó su propio récord que había impuesto en 1925 de 152.0 turnos por cada ponche recibido. Está tan lejana la posibilidad de superarlo que basta señalar para demostrarlo que de 1970 acá el bateador más difícil de ponchar en una campaña ha sido Dave Cash en 1976 con 51.2 turnos por ponche y desde 1990 el mejor fue Fermín en el indicado año de 1993.
Ese liderato lo convierte en el cuarto dominicano que lo obtiene. El primero fue Mateo Alou en 1970 con los Piratas cuando tuvo una frecuencia de 37.6, luego Félix Fermín en 1993 lo imitó encabezando asimismo ambas ligas con una periodicidad de 34.3 y en el 2003 Deivi Cruz con los Orioles se ponchó 49 veces en 548 veces al bate para ritmo de uno cada 11.2 turnos.
La marca de los todos los tiempos pertenece a Joe Sewell desde1932 cuando solo abanicó tres veces en 503 viajes oficiales al home para frecuencia de 167.7. Ese fue el penúltimo año de su carrera de catorce en las ligas mayores y de esa manera dejó una marca que tiene la etiqueta de irrompible.
Con esas cifras superó su propio récord que había impuesto en 1925 de 152.0 turnos por cada ponche recibido. Está tan lejana la posibilidad de superarlo que basta señalar para demostrarlo que de 1970 acá el bateador más difícil de ponchar en una campaña ha sido Dave Cash en 1976 con 51.2 turnos por ponche y desde 1990 el mejor fue Fermín en el indicado año de 1993.
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